lunes, 21 de julio de 2008

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Os voy a contar una historia sin el típico "érase una vez..." y sin personajes ni hechos reales. Una historia sin ningún sentido en el principio, y mucho menos en el final. Al fin y al cabo, una historia sin ningún tipo de interés social ni ninguna riqueza literaria. Es una simple historia con unos personajes simples.

Poniéndoos en situación, imaginad el colegio "Sin Nombre"... Sí, ése que hace esquina con las calles "A ti que te importa" y "¿Tanto te aburres como para leer esto?". ¿Lo localizáis? Muy bien, continuemos. Ahora describiré a los personajes que intervendrán.

Empezaremos por el señorito "Pesimismo" quien destacaba por su capacidad para pensar que todo iba a ir bien, aunque las cosas estuvieran de la peor manera posible. A continuación estaría la señorita "Vagancia" quien solía despertarse cada mañana temprano para hacer ejercicio hasta quemar las suelas de sus zapatos. Siguiendo a estos dos; estarían sus inseparables amigas: "Soberbia", quien era muy simpática y modesta, y "Desgana", que solía realizar todo lo que podía con el mayor ímpetu posible. Los cuatro eran alumnos del colegio "Sin nombre" y los cuatro muy inteligentes.

Ya sólo queda lo más importante, el hecho sobre el que gira la historia. Pero ya lo descubriréis, o al menos eso creo.

Pesimismo, quien empezó el curso con mucho ánimo, hizo amigos en poco tiempo. Todos los que se acercaban a él le cogían cariño rápidamente, y pasó a ser el alumno más querido en poco tiempo. Vagancia, en cambio, era muy trabajadora, pero muy poco sociable, quería salir de clase cuanto antes para poder hacer sus ejercicios diarios y por eso era mal vista por los demás compañeros de la clase. Soberbia y Desgana, eran unas amigas felices, la cuál se pasaba los días paseando por los centros comerciales. Se sentían felices uno al lado del otro.

Iban pasando los días, e incluso los meses, y Pesimismo se fijó en Vagancia, y veía en ella una especie de ángel. Un ángel incomprendido, de una agilidad increíble y una vitalidad inagotable. La clase, que se dio cuenta de que Pesimismo amaba a Vagancia, le empezó a dar de lado, pero a él no le importaba, porque estaba feliz y sabía que todo iba a salir perfectamente. Soberbia y Desgana, amigas incondicionales de Pesimismo le ayudaron mucho y éste consiguió estar con Vagancia.

Pasaron los años y Pesimismo, Vagancia, Soberbia y Desgana alquilaron un pisito, para vivir los cuatro juntos. Ya estaban todos estudiando una carrera. Pesimismo estudiaba la carrera de Matemáticas, la cual le costaba lo suyo y en ocasiones parecía que no se la iba a sacar, pero gracias a su forma de pensar conseguía aprobarlo todo. Vagancia en cambio estudiaba psicología. Esta carrera le resultaba extremadamente fácil, pero seguía esforzándose para dar lo máximo que podía Soberbia estaba sacándose con matrícula la carrera de medicina, pero no había olvidado sus antiguas prácticas de ser amable y ayudar a todo el mundo. Desgana estudiaba periodismo, carrera que le parecía extremadamente aburrida, pero continuaba con su gran ímpetu de luchadora.

En este momento de la historia, se añade la señora Realidad, quien chinchaba a los cuatro habitantes con historias llenas de imaginación, que se alejaban mucho del mundo en el que vivían; el señor Tiempo, quien parecía que nunca envejecía, y la señora Amor, quien odiaba a todo el mundo y también chinchaba a los cuatro habitantes.

Tiempo siguió pasándose por la casa, y los 4 amigos cambiaron radicalmente. Pesimismo, tras suspender 3 exámenes, dejó la carrera de lado, porque sabía que todo le iba a ir mal, y que la vida nunca le jodería lo suficiente. Vagancia, al estar haciendo una carrera que le resultaba muy sencilla, empezó a pasar de estudiar hasta llegar al límite de no hacer nada y dormir siempre que podía. Soberbia, tras oír miles de veces de sus compañeros de clase que era muy listo y que parecía superdotado, acabó creyéndoselo y comenzó a darse aires de grandeza. Desgana, sufría de apatía y empezó a pasar de todo. Aún así, siguieron viviendo juntos, y aguantándose los unos a los otros. ¡Qué más daba que hubieran cambiado! Realidad seguía ahí chinchándoles siempre que podía, pero ahora usaba historia del mundo actual, lo cuál les resultaba todavía más pesado que lo anterior. Y Amor... ¡Ay, Amor! Había cambiado radicalmente, sentía cariño hacía todo el mundo, y se había encandilado locamente de Pesimismo, quien, recordemos, se encontraba con Vagancia, Desgana y Soberbia.

¡Qué no falten personajes! En este punto de la historia va siendo hora de introducir a Amistad, Inocencia, Confianza y Cobardía. Empezamos: el primero era el amigo de todo el mundo, el segundo aún creía que sus sueños infantiles podían cumplirse, el tercero... Bueno, creo que vais ya entendiendo como va, ¿no?

Amistad, era el antiguo dueño de la casa alquilada por los 4 amigos, quienes admitieron también a Amor cuyas amigas eran Confianza, Cobardía e Inocencia, quienes siguieron a Amor dentro del pisito. Amistad, decidió quedarse en la casa junto a los 8, porque le caían bien y los toleraba de buena manera. Tiempo, quien continuaba con su cara de bebé, seguía ahí, mirándoles a todos. Pesimismo, Cobardía, Desgana y Vagancia, se quedaron con las habitaciones mas grandes; Inocencia y Confianza se quedaron las medianas, y Amistad, Soberbia y Amor acabaron en las habitaciones pequeñas, aunque, en ocasiones conseguían salir de las habitaciones, custodiadas por Cobardía y Pesimismo y dominar un rato el pisito, Amistad más que Amor y ésta última más que Soberbia. Realidad seguía atacando a los habitantes, consiguiendo que Cobardía y Pesimismo consiguieran más poder y que Inocencia se inventará historias de cuentos de hadas para que no cundiera el pánico.

Aquí se encuentra la historia en estos momentos, con Tiempo siempre presente y la Realidad golpeando con dureza la "fortaleza" de los 9 amigos en todo momento.
Ahora cambiad el pisito por una mente humana, y el principio de la historia con la niñez... A la conclusión que quiero llegar es que nacemos ya con una forma de ser, que no se va formando con el paso del tiempo, sino que es una forma de ser que, durante la niñez, está luchando contra su destino, pero que tarde o temprano cambiará y será como en un principio fue creada. Quizás la mente de la historia no sea la que fue creada en un principio, tal vez en algún momento admita la realidad y cambie su forma de ser, pero no creo que esa persona de la que hable este texto cambie mucho más.





*** La historia habla de la forma de ser de una persona en particular, no de la humanidad en general.

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